Perdón por sentirme de otro planeta,
pero me gusta cuando las cosas son mi pequeño descubrimiento
y me irrita cuando se hace público.
Por eso escribo, por eso invento, por eso dibujo,
para ser rey de mi propio mundo.
Irrepetible.

martes, 10 de julio de 2012

7. Ana


"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar 
indefectiblemente, te encontrarás a ti mismo, y ésa, 
sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas."
                                                                       Pablo Neruda



Ana se paseaba de arriba abajo por una estrecha oscuridad. Se estaba muy solo ahí entre la niebla, parecía un mar tenebroso y sin fin. De vez en cuando aparecía una luz tenue en el horizonte, como un amague de alborada, pero no era más que una ilusión, o quizás, la salida de aquel lugar, que al igual que Ana deambulaba perdida. No sentía su cuerpo, únicamente esa impresión rara de quien despierta de una pesadilla, sólo que ella no recordaba haber soñado nada. No sabía si el tiempo pasaba, si había estado ahí hace un día o un año, ni si quiera en qué momento había aparecido, ni en qué lugar de esa negrura se había descubierto parada, sólo sabía, que allí estaba.
Todo se trataba de ella y sus pensamientos. Ana quería salir, por primera vez desde que estaba allí, pero no entendía muy bien cómo hacerlo. Quería estar en paz con ella misma, se había dado cuenta que su mente se hallaba pesada, como un yunque al cual arrastrar, y debía darse prisa y eliminar tanto escrúpulo de sí misma, antes de que terminara de consumirla.
“Quizás no merezca la pena, por qué esforzarse justo ahora si en la vida hice nada… Quizás sea mi oportunidad de brindar un alivio a todos, aunque al principio no les guste…”
“O quizás… Quizás sea tiempo de reivindicarme, de mejorar las cosas… No, claro que no. Ya no poseo ganas de volver, aunque tampoco me quiero quedar aquí…”
“¿Por qué algunos destinos son tan borrascosos? ¿Por qué me pasé la vida buscando el ‘Por qué’, desperdiciando el ‘Cuándo’, haciendo trizas el ‘Cómo’, el ‘Quién’, el ‘Dónde’…?¿Por qué siempre me empeciné en hacerlo todo más difícil, melodramatizar cada instante? Claro, yo no tengo la culpa de mi histrionismo, ni mis dones, ni mis gustos, pero… no soy la única persona del mundo, aunque soy la única que se lo complicó así…”
“¡Mierda!”
Y si. Se la había pasado auto-analizándose, auto-medicándose, auto-auto-todo… Quería ser un archipiélago, pero recién allí, sepultada en aquella niebla, había logrado entender que era una isla, solitaria y egoísta. Y era por eso que le costaba ser amada, amar y amarse. Si su vida se había desmoronado era su culpa, por no quererse y aislarse. Ése, era el sentido de su internamiento en aquella oscuridad, y ahora debería despertar, o seguir alejándose cada vez más y para siempre.







viernes, 6 de julio de 2012

6. Escombros



"[...] Por dentro, y a veces por fuera, nos pasó una tormenta,
un vendaval, y esta calma de ahora tiene árboles caídos,
techos desmoronados, azoteas sin antenas, escombros."
                                        M. Benedetti (Primavera con una esquina rota)


Su destino se volvía más y más oscuro a medida que avanzaba, literal y poéticamente. Su alma se deshacía en saladas lágrimas que nadie oía al caer sobre su rostro, ni siquiera él, a pocos centímetros, irradiando dolor y furia. La luz crepuscular entraba a través de la única cortina corrida, y las sombras caían fríamente sobre sus pensamientos, flotando tristes entre esos últimos momentos que compartiría con él. Ninguno de los dos se imaginaba lo que estarían a punto de vivir; de no ser así, jamás hubiese sucedido.

Segundos más, segundos menos.

Había encontrado finalmente la pieza faltante. Había llenado el vacío y encontrado esa guía que su corazón había anhelado tanto tiempo, la cura, el bálsamo que aliviaría todos los pesares. ¿Pero qué sucedía, no era suficiente, se había equivocado? ¿Había estado tan cerca de conocer la eternidad, y al llegar al final solo halló un abismo? ¿O estaba equivocada ahora, siendo negligente, sin aportar nada…? Se creía sin fuerzas para afrontar la verdad, pero cada que se acercaba el momento, el coraje se desviaba hacia otros caminos, siempre contusos, pero que eran el simple precio del amor.

Se levantaron de la cama, tuvieron una de sus tantas discusiones causadas por ella, traída desde el tuétano por su irritación, por la desconfianza. Creía que nadie podía amarla, y le parecía ridículo que alguien como él estuviese a su lado sin mentir. Y todo se calmaba, o casi siempre, no como aquella vez, que se marchó dando un portazo y pese a sentir como un imán la jalaba de vuelta, juntó valor para llegar hasta la calle, y no volvió. Pero, el destino había hecho bien sus deberes esta vez, y ella torpemente se volvía el sabueso que destrozaba lo escrito, e iba derrochando una por una sus oportunidades... Pasado el tiempo comprendió, que el error seguía siendo ella, y sólo tenía dos opciones, la de volver a lo que era, o descubrir algo totalmente nuevo, quizás, al lado, de todos aquellos rostros que tenía abandonados.

Y en ese flash, en ese correr de diapositivas, no vio como el destino, por fin le arrebataba la vida.




viernes, 13 de abril de 2012

5. El fantasma


Ojos de hielo, labios resecos. Una mirada fija, profunda, un alma debatiéndose bajos los retazos que conforman su vida... una vida fundada en la mentira, su imaginación forjando cada historia, cada segundo se fragua en su mente, y es como una obra teatral, pero incesante, y solo la dura realidad, esa que golpea cruelmente al corazón sin dejar paso a nuevas esperanzas, es la que puede acabar con la monotonía de esta saga, cuyas travesías van desde cómo logró escapar de un estado depresivo, para llegar a nada, o peor aún, al suicidio.


Nadie lo comprende porque nadie lo escucha, y aunque se revele, se muestre tal como es, nadie se percatará de ello. Y sigue creando imágenes, situaciones de una vida paralela... y puede que su físico esté intacto, pero la muerte llega a cada momento a su ser, su espíritu, esa esencia, parte del pensamiento, del psiquis, algo que no le falla, aunque no quiera entenderlo.

Pese a que no lo escuchen, el sigue atento, y ve pasar su alrededor como una película, y oye y siente y se da cuenta que no es de piedra. Quiere ser igual a los demás, intenta, pero el pasillo no tiene final, corre, corre, corre... y no alcanza la puerta. Pero una luz lo ciega y la puerta se abre, no obstante es un sueño, el pilar principal de su existencia.

Cárcel


Até mi corazón a una piedra, lo arrojé al mar. Lo vi hundirse lentamente en esa oscuridad tan fría, ya no pude hacer más. Ciegamente me entregué al destino, no cuestioné todos esos obstáculos que iban apareciendo, simplemente vi como desaparecía en la negrura y tocaba fondo.
Ahora pasado el tiempo puedo decir, que no me arrepiento. Mi alma si bien no es libre está felizmente presa en esa dulce humedad.

Es tan cálido aquí en el fondo, con el abrazo de las rocas y los peces, cobijándome, con tus ojos como dos soles iluminándome. Y es que acá no se está solo, se está contigo. Ambas tinieblas juntas haciéndose compañía. No lo sabía en un principio, pero ahora esta es mi vida, comienza y termina en tus océanos y tus labios son la costa donde me entrego al naufragio, día tras día.

viernes, 30 de marzo de 2012

"El hombre de tinta"


(Se merece este lugar por ser mi primer cuento bien escrito)


Garabateaba. Eloisa garabateaba ensimismada, cabizbaja, endulzada por una suave melodía arrastrada desde no sé dónde. Quizás del rasgueo de la pluma contra su apergaminado diario, mezclado con el tamborileo de un corazón entusiasmado.
Era una siesta, llovía estrepitosamente y Eloisa escribía, garabateaba y escribía. Armaba y desarmaba historia



-¿Por qué me miras de esa forma, d
iminuto hombre? --preguntó Eloisa.s, historias con lágrimas que se deshacían y que terminaban chorreándose por el borde de la hoja; historias con risas que se arrastraban de página en página sujetándose el abdomen... Historias con princesas, reinos lejanos y castillos, un príncipe que la llevaba a pasear en un corcel blanco de crin dorada y un mendigo que la observaba inquieto escondido detrás de un punto.

-Porque tus dulces manos me dieron la vida, y tu gran corazón un hermosos transcurrir, pero aún no entiendo qué parte razonable de tu fisiología ha tenido la ocurrencia de dejarme morir tras estas hojas.

-¿A qué te refieres, pequeño hombrecito de tinta?

-A que bastará dar vuelta esta página y mis cantares se acabarán. Dejaré de dramatizar para los niños, de recitar para los grandes, y tú lo sabes.

La joven pensó en el final del cuento. pensó y no comprendió.

-Yo no te he dado un final aún.

-Pero al príncipe sí, y a su caballo de crin dorada, y a las princesas, los castillos, y hasta los reinos lejanos tienen un fin sembrado de paz y aspirando prósperos futuros --el hombrecito posó finalmente sus ojos por comillas en la mirada color mate cocido de Eloisa-. En cambio yo no tengo nada, nada de eso...

La joven primero agachó la cabeza avergonzada ante las acusaciones de la criaturita; después se le estremeció el corazón al pensar que tenía razón, que había sido insensible e irresponsable con su creación; y por último tomó firmeza, iba a solucionar aquello, si bien el hombrecito era un personaje más también era ¡"ese" personaje más!. Así que tomó su pluma y escribió, escribió, escribió...
El hombrecito se deslizaba por las hojas del diario, de hazaña en hazaña, de intrigas a escapadas, de amistad a enamoramiento. Sí, la intrépida filigrana tenía corazón y en él llevaba grabado con quiones, firuletes y barras: "Eloisa, te amo". Prontamente, Eloisa se dio cuenta, y no supo qué hacer.
-¿Entiendes que somos como río y mar? ¿Cómo pez y ave? ¿Cómo luna y sol? --repetía ella queriendo hacerle entender que lo suyo era imposible.
-¿Y tú entiendes que aunque no tenga caballos de crin dorada, reinos lejanos o títulos para hacerte princesa lo mismo tengo cosas para que seas feliz?
-No necesito nada, mi fiel criatura, más que tu amistad, sólo eso --decía Eloisa a la vez que se le partía el alma en muchos pedacitos como papel.
-Entonces toma mi corazón.
Y dicho esto, el hombrecito desprendió los botones de su camisa, cavó un pozo en su pecho azul tinta china y sacó de ahí una penosa letra "O" toda estrujada. Eloisa miró la O y después a su hombrecito. Estaba triste, pero no quiso soltar lágrimas para que el hombrecito no se borrara tan rápido, quería despedirse, y así lo hizo, y ahí si lloró y lloró y armó hombrecitos salados hechos con esas lágrimas para recordarlo, pero ese es otro cuento...


Recuerdo de un raro comienzo: "El amor es una psicología barata"

Los hechos y/o personajes de la siguiente historia son completamente ficticios y salidos de mi cabeza; cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.

#1: EL AMOR ES UNA PSICOLOGÍA BARATA

¿Acaso esto es realmente lo que sucede cuando no sabes qué hacer? ¿En algún lado esta escrito que el amor tiene que ser tan complicado hasta tal punto que tenés que desesperarte y luego deprimirte porque no encontrás salida? Si no es así ¿Por qué justo me tenía que tocar a mí?

Nunca estuve conforme con las leyes del amor, eso, dentro de todo, es común. Las personas siempre estamos desconformes con TODO ¿Por qué el tema del amor tenía que ser la excepción? Es un tema de lo más complejo a el que nadie encuentra solución. Sí; de soluciones se trata ya que es un dilema hiper-arcaico e intensamente existencial. En fin, no comprenderemos nunca el por qué de tantas cosas, pero el AMOR, le gana a todos.
Evocaré una experiencia personal, como son normales estos sucesos no debo avergonzarme, al contrario, me desvergonzaré completamente y acudiré a su ayuda para ver si usted logra entender...

#2: HORMONAS Y AMOR, NO APTOS PARA ADOLESCENTES

En cierto año de mi juventud, de mi plena y patética juventud, las cosas dieron un vuelco rotundo y exagerado alrededor del tema que hoy tratamos (recuerden: el AMOR). Resulta que yo nunca había tenido eso a lo que llamábamos "levante", y ese verano inesperadamente me comenzaron a llover los pretendientes. Sin ningún esfuerzo, toda la variedad de hombres habidos y por haber atestaban mi contestador (nunca la puerta de mi casa, pues los jóvenes en esa época no acostumbraban a rondar cerca de la casa de su enamorada a menos que esta hubiese aceptado entrar en... "otra fase de la relación", por así decirlo, pero no pensábamos nunca en eso, sería pensar como adultos y el hecho no nos simpatizaba para nada)... retornando al tema: Con tantos hombres cortejándome de manera asombrosa empecé a sentirme más importante de lo que no era.
Los típicos "chamuyos baratos" me salieron bien caritos, con cada "que linda que sos" yo me derretía más y más y hubo un momento en que no me resistí. Pero no le pegué nada feo, eh... Me volví a reencontrar con un antiguo amante, que también había sido novio de una de mis mejores amigas y amante de otras veinte chicas más. Fue una noche exquisita, llena de pasión, lujuria, falso amor, etc. etc.; las emociones no me duraron mucho para ser sincera, al día siguiente estaba completamente arrepentida. Ví como mis amigas seguían con sus vidas sin saber lo que había pasado la noche anterior, pues yo -sin entender porqué- no quería decírselo, así que conjuntamente no recibía ni amonestaciones ni miradas de reproche.
Cuando una de mis amigas sin pensarlo, pero sin perder el tema de la conversación que llevábamos, me preguntó si volvería a estar con "aquel chico", yo, pensándolo dos veces, respondí que sí; me sentí más alivianada, después de todo no había hecho nada malo, al decir que sí en parte me confesé y ya no tendrían porque culparme, yo ya se lo habría advertido.
Días más tarde se me planteó otro problema: me enamoré de mi mejor amigo. Es algo común, pero la cosa empeora cuando...
1. En un primer momento lo "histeriquié".
2. Lo usé para salvarme de un horrible personaje acosador que no dejaba de seguirme porque le parecía atractiva.
3. Le prometí cosas que jamás cumpliría.
4. En fin... LO ILUSIONÉ.
5. Por fin me enamoré, a la vez que seguía perdidamente enamorada (aún más) de mi más reciente ex.

#3: EL MÁS RECIENTE EX

-¿Todavía lo querés?
-No sé...
-¡Tenés que saber, no podés seguir en la misma!
-Está bien. Lo admito.
Esto es muy feo. No solo admito que todavía estoy enamorada de mi ex, sino que también debo admitir que le temo a las acusaciones de esta índole. Son terriblemente molestas e intimidantes. Cuando una de mis amigas me interrogó de una manera alarmante, me sentí terriblemente mal. Otra vez no sabía por qué esto me pasaba a mí.
Mi más reciente ex me había engañado con una cualquiera. Esta... este proyecto de mujer, era una chica de esas típicas estiradas que se quieren hacer las lindas, que se sienten superiores cuando en realidad no valen nada, a causa de su patetisismo, su falta de cerebro, y terminantemente: carencia de una belleza comprobada e inaptitud para ser envidiadas de forma alguna. (En definitiva, era lo más feo con lo que hubiese podido ser infiel... pero no quise ser agresiva).
Después de esto me obligué a aceptar su excusa. Sermoneó acerca de que lo nuestro no era en serio sino más bien una especie de amor pasajero, amigos con derecho, o mejor dicho -como él prefería- "amigos con pretenciones". Multiples pretenciones según lo que mi razonamiento me confiere; tenía que oficiar de novia, amiga, amante, sirvienta, consejera, y no sé cuántas cosas a la vez.
Qué cosa el amor... estaba cegada y no pude decirle stop a tiempo. Recurrí entonces a mi mejor amiga; la mejor de las mejores que pude tener...

#4: CUANDO EL "SWINGER" SE SALE DE CONTROL

Era una chica bonita, alta, excelente persona, adinerada. Era la amiga perfecta a la hora de los consejos, los favores, etc. etc., y también era la novia perfecta -o eso era lo que parecía pues todos clamaban por ella-.
Un día, sin querer, me ofrecí para ayudarla a entablar una relación con un chico que le gustaba. "Sí, lo conozco bien. Si querés te hago la pata". Esto también venía con segundas intenciones por mi parte: el amigo de este chico me enloquecía desde hace tiempo y quería saber como era estar con él.
Cierta noche nos reunimos los cuatro en una plaza para conocernos... "más a fondo". Fue agradable pasarla como amigos, riéndonos y compartiendo experiencias. Al día siguiente nos volvimos a reunir, ésta vez, mi dulce parejita de amigos se pusieron de novios. Se veían tan lindos juntos... (aclaro que la relación entre el otro muchacho y yo no funcionó, pero no me importó, me había desepcionado el beso desabrido que me había dado tras depocritar estupideces sobre porqué no me pedía que saliera con él) Sí, se veían de novela, pero la cosa se descontroló de un segundo para el otro. Sin entender tampoco este hecho, el novio de mi amiga comenzó a acercarse cada vez más a mí. Siempre como amigos, me pedía constantemente consejos, me mandaba mensajes, y se olvidaba de su novia. Así es como en un momento desconfió de ella por la distancia que había entre ellos y de un día para el otro, ya estaban peleados.
De repente me ví convertida en una almohada sobre la cual mi "amigo" podía llorar hasta hartarse y repetir mil veces cuanto extrañaba a mí amiga. En un principio lo consolé amigablemente, luego me volví más... cariñosa, hasta que finalmente no tuve ninguna intención de volver a unirlos y alimenté el odio que se tenían.
Pasaron los días y el se olvidó de su dolor, yo me acerqué más y me dí cuenta de cuánto lo quería y supe que a él también le pasaban ciertas cosas. Otra amiga (la del "antiguo amante"), nos dió un empujoncito; no obstante, el empujón final nos lo dió su mismísima reciente ex, ¡mi amiga!.
Y sí... las cosas evolucionan. Una noche, en la que los cuatro (él, su amigo -¿Lo recuerdan?-, mi amiga -la ex de él- y yo) estábamos en una fiesta, hicimos el swinger definitivo. Total descontrol. Ella se terminó olvidando del amigo, por supuesto, pero yo... tenía muy seguro que después de eso nada me alejaría de él, pero no. Se conviertió en mi más reciente ex.

#5: MEDIDAS DESESPERADAS

Cuando ví que lo perdía me aboqué a ser lo más amable con él. Que supiera que valía la pena. No funcionó. Al final no lo terminé perdiendo por cornuda sino por bocona.
Supuestamente, según él, teniamos que guardar en secreto lo de que él me había sido infiel, pero eso era ridículo, no es obligación que por ser adolescente tenía que también ser idiota. Le conté la razón de mi pesar a mis más íntimas amigas, entre las que estaba la ex de él. Inmediatamente ella corrió a reírse de él: vió otro lado de la verdad, dándose cuenta que él volvía a mí porque la chica con la que me había sido infiel lo había rechazado o humillado.
Él se enojó conmigo, por divulgar "nuestro secreto", haciéndose la víctima se alejó de mí y no me volvió a hablar.
Pero yo le había ganado de mano, había planeado (sabiendo que me haría quedar como tonta) hacerle creer una gran mentira. Junto con su ex me inventé un novio, le puse nombre, y salí a decir que ése era mi genuino y único novio. Supongo que eso lo debe haber indignado, porque me lo sacó una o dos veces en frente -antes de no hablarme más- como queriéndose asegurar de que era cierto.

#6: OLVIDAR ES COMO CHUPAR UN CLAVO

Olvidar es como chupar un clavo: fácil y desagradable. O por lo menos esa es mi impresión, nunca me costó olvidar, es feo, pero no cuesta. Lo que sí me cuesta es "REOLVIDAR".
¿Nunca les pasó que se enamoraron, los lastimaron, se olvidaron, se curaron, y más tarde se volvieron a enamorar de la misma persona? No, seguro que no. Esto solo me pasa a mí. Bueno, es un caso que se da generalmente cuando uno cree que todo terminó. Borrón y cuenta nueva. Lo pasado, pisado. Pero que en realidad se sorprende cuando de la nada una migaja de recuerdos renace del cesto de basura que hay en cada esquina de nuestros corazones. Es ahí cuando te das cuenta que no se puede volver a olvidar. Siempre se pueden volver a hacer muchas cosas, pero nunca reolvidar.
Sí. Yo pensaba que con nuevas experiencias iba a poder enterrar definitivamente los viejos amores, pero nunca sirve. Recomencé a escribir mi historia lentamente y en mi mente. Recordaba todos los sucesos desde que había descubierto el amor e imaginaba como sería conocer el "amor-amor", pues si el amor adolescente resultaba ser doloroso desde el principio ¿Cómo sería el amor real? Mi agonía agonizaba por su cuenta al pensar en las probabilidades, y yo... ¿Tendría probabilidades de sobrevivir?.
No... reolvidar no era para mí, tampoco esto. Yo nunca olvidé mi primer amor, ni mi primer beso, ni mi primer... (dejémoslo ahí). Y eso, más que todo, es porque soy mujer; estamos hechas para ser así, sin embargo esa no es razón para no volver a creer.

#7: VOLVER A CREER

A pesar de que la vida te mire con mala cara y te obligue a exiliarte en medio de tus tristezas, siempre hay alguien que te rescata. A veces tu pareja, a veces tus amigos, inclusive hasta tú mismo, y es en ese momento en el que debes reolvidar, es ahí cuando no cuesta nada. Cuántas veces nos habremos caído y vuelto a levantarnos. Cuántas veces nos habremos perdido y vuelto a encontrar.
El amor es hermoso, es para disfrutarlo. Claro que cuando acabe hay que aceptar las consecuencias, pero quién no dice que pronto llegaría otro amor a sacarnos de ese exilio y así sucesivamente, hasta que por fin la herida se cierre y eso va a ser cuando encuentres el ÚNICO AMOR, no el amor adolescente, no el amor real, ni el amor pasajero, ni el antiguo amor, el amor platónico, ni nada semejante, después de todo... esos no valieron la pena.

#8: LA POSTDATA

No se crean que me olvidé también de lo que dije al comienzo, no porque sepa relatar semejante historia voy a saber la razón a todos esos sucesos. Aclaro, pues, que sigo sin entender el amor, nadie lo logrará por más que se pongan a estudiarlo y saquen conclusiones adornadas con palabras bonitas como: "El amor es un sentimiento, inclinación o afecto vivo experimentado hacia una persona o cosa..." ¡Por Dios! ¿Qué clase de estupideces son esas? ¿Y dónde quedó la explicación a porque a veces pasan cosas buenas y a veces cosas entristecedoras?
(Ja - ja... miren cómo me río de los diccionarios y les pido socorro a ustedes).

Ayer, hoy y mañana...

Pon sobre la mesa tu semblante enajenado

Esa daga caprichosa que llevas

entre la ropa

ansiando herirme.

Pon sobre la mesa tus ideas más


sombrías,

tus planes desquiciados

Y llévame hasta lo profundo de este sueño

Directamente hacia el lado más oscuro de mi vida.

No escatimes con palabras,

tan solo suéltalo

Cada sonido que sale de esa boca

acabará con lo que queda de mí.


Comienza ya,

desnúdate entero,


Y verás cómo de pronto se vuelve hacia ti.

__________________________________________


Después de todo


Éramos dos incoherentes

Queriendo hablar de amor.


Dos palomas grises en pleno vuelo

Contra un frío cielo;

Después de todo…

Éramos la brisa equinoccial que de tu mano

Sucumbió entristecida

A una eterna oscuridad.

Oteando entre los pliegues de un confuso destino,

Reclamando aquel antiguo designio de amistad.

__________________________________________


Eras tú con el carisma de la noche

Eras tú como una rosa marchita

Prendándome con tu misterio

Coloreando de rareza mi vida.

Eras tú el hollín y eras la lluvia,

Que cubría sin mesura la ventana

Que se abría día tras día hacia mi alma

Dibujando para ti la ansiada calma.

Eras tú un regalo decoroso,

Que el destino trajo a mí una madrugada…

Y por dejarse cautivar por las estrellas

Escribió en nuestras pieles algo nuevo…

Cuerpo a cuerpo

Nos hallarían las mañanas.


jueves, 29 de marzo de 2012

Candela

Quiero despertar de esta pesadilla,
quiero morir ahora.
Ojalá no te despiertes, ojalá no te despiertes...
Candela, mírame a los ojos
y dime que no te veré mañana.
Te hablaré a la cara,
a tu mirada extraña;
quiero no verte más.
Candela, tus brillantes ojos se ahogan en lágrimas...
Ojalá no me despierte, ojalá no me despierte,
la vida se pasa, rodeada de penas,
Candela, se borrán tus alas.
No mires el dolor a la cara
que se tragará tus sueños;
despierta que se pasan las horas,
o no despiertes,
el vacío es tu consuelo.
Llueve, Luz del Candil,
Luz de mi Alma,
baña con tu esencia mi lecho,
tiñe de azul las sábanas.
Ya llega el día, Candela,
Candela, envuélvete de aura...
Ojalá despierte,
y pueda quedarme contigo
a colorear la nada que dejó el alba.

Belleza, melancolía y muerte.

En el momento en que más le hostigaba el miedo
Corrió al vergel a recoger lo que el viento había arrastrado;
Y allí sus temores se fundieron con las grises nubes,
Se arremolinaron en el vendaval, cautiva
Quedó su esencia intranquila
De aquel indicio desolador tal vez,
Fuente insospechable de ilusión a la vez.
Allí con las frívolas gotas cayendo del cielo,
Allí con las gotas
Saladas y pertinentes
Rodando hasta la comisura de su boca…
Allí estaba.
Contemplando las nubes con melancolía,
Anhelando el cielo por la cruel impotencia
Que le irrumpía el cuerpo,
Que dormía en su vientre tan llena de inocencia,
Desprendiendo el ardor de un corazón puro
Imposible de aguantar.
Y ese instante crujía de rareza,
Dos mareas albas se rompieron al cruzarse…
Ella sabía que le hablaba,
Ella sabía que allí estaba.
Allí.
Con su belleza divina,
Entre la melancolía y los pensamientos ya lejanos de la muerte.
Allí con una nueva vida palpitando y observando la tormenta a través de sus ojos;
Supo que Dios existía.
Allí con la blanca arena crispando sus silencios,
Allí en la reclusión cáustica de su mente, inquiriendo
Con la deleznable teoría del “seguiré viviendo”…
Del “seguiré luchando”;
Aunque es por voluntad de Él mismo que tiene ésta segunda oportunidad…
Después del suplicio,
Ya nada es sombra.

4. "La segunda pieza"


Si la vida fuese un atado de respuestas,
no existiría el miedo a la muerte.
Cerró los ojos y se entregó a la música electrónica, mientras las luces abrazaban su esbelta figura y frías manos la guiaban de una punta a otra de la pista. Con el cabello goteando vodka, los labios de un radiante rojo y su ropa negra y ceñida, siempre era el foco de atención de muchos, pero esa noche… había algo en ella que no era de ella. Bebió el último trago de su botella y sin abrir los ojos zigzagueó entre la gente, hasta llegar a una puerta trasera de la que dio un tirón y así dar de lleno con el fuerte viento de aquella noche invernal. Cerró la puerta observando el inhóspito paisaje; no había más que un sucio y vacío callejón. El viento amainó un poco justo cuando comenzaba a caminar indeliberadamente hacia la tela que cerraba el callejón en un extremo. Allí se afirmó y contempló el vacío, no era más que noche, basura y niebla.

"- Vas en busca de la verdad zigzageando en esta vida con un tinte de extroversión y falta de cordura. Es un disfraz indeleble que obscurece tu real y misterioso pensamiento que busca y le intriga el mas allá. Puedo verte detrás de un un vidrio golpeado por la lluvia y no puedo reconocer tu rostro...

- Esa es la descripción que me gusta que todos hagan de mi... ¿De dónde te sacaron a vos?

- Víctima de un pensamiento, escuchados en una propuesta, accionado en una cama y parido con muchas ganas."

No podía dejar de pensar en los errores de la vida. Todo era noche, todo era vicio, no había salidas más que eternos y sombríos pasajes, uno tras otro, que asotaban poco a poco a lo que en algún momento había sido. Se había hundido tanto en ese círculo, que no se animaba a salir.

"- Es necesario llorar. Descargar el alma herida y dejar que el bálsamo de prudencia y el olvido suavicen ese vacío. Debes recuperar tu corazón. Es tuyo.

- Claro que es mío.. es como una bomba que quiere explotar pero no encuentra el momento. Yo creo que mi problema es no saber vivir, ni valorar...

- Debe perdonarse. Debe romper las cadenas que atan su libertad."

Sus ojos se humedecieron pero el viento los secó rápidamente. No quería volver a ser la niñita vulnerable de antes, se le hacía imposible la idea de abrir su corazón por mucho que lo deseara. Tantas decepciones, cientos de mentiras como látigazos habían corrompido su alma y pensamiento. Sabía que no era la única, que eran cosas que pasaban. Las veía todo el tiempo, ahí, vidas robadas inocentemente por otra gente, por algún novio negligente, por algún amigo inmaduro, por algún padre hijo de puta. La vida era así, nadie nos preparaba para ella, y por eso pasaban estas cosas; de todos modos, la triste solución que quedaba, era (es) seguir adelante, para bien o para mal. Ni ella ni nadie podía quedarse estancados para siempre en esa miseria, aún así, el camino elegido por esta ninfa de la noche no había sido el óptimo.

Necesitaba un hombro donde descansar su alma. Una mente ajena que guiara su vida.

3. "El corazón tiene razones que la propia razón no entiende"


Los agravios del amor son la más noble de las agonías.
Calla el pájaro su esplendente trino,
Se apaga a la sombra de un nicho que reclama
El nombre de esta historia
Mientras arde en las llamas
Perpetuas e inevitables
Del amor que acaba.

Con estas palabras empezaba la historia de su vida. Llorando, siempre llorando, pero más riendo, porque ella sabía que era solo una fase. Pronto pasaría.

Tiembla como la flor lo hace ante el invierno
El amor espurio frente al punzante filo
Del fin que se acerca,
Gris de tanta espera que no se deciden
A mirar el futuro
Los dos de igual manera.

Sin embargo, cómo afrontar ese lapso de tiempo en que su corazón se veía atormentado, por los recuerdos, la nostalgia, los celos, la añoranza… y todas aquellas cosas que vienen de obsequio con el desamor.

Cuántas horas desde entonces vanas,
Cuánta hipocresía, cuánto desconsuelo.
No será mañana,
Pronto el oropel lloverá como siempre
Y cubrirá el suelo bajo el que descansan
Los no correspondidos.

Y llegaría el momento en que las puertas de la verdad se abrirían, y desde entonces nada sería lo mismo; las lágrimas serían más tibias, regando semillas de paz y haciéndolas florecer en lo que después sería independencia, poder sobre sí misma. Aún así quedaba la eterna duda: ¿Cuánto tiempo tardaría el otoño en volver?

2. "La pieza sombría"

Cuando las soluciones están al alcance de lo indecible.
Otra vez otra hoja vacía en frente. Cuánto tiempo había pasado desde que todos aquellos manuscritos se habían esfumado, las ideas quedaron flotando en la nada. Palabras sin fin. No se trataba de una historia más, había hecho el intento una y otra vez y nada se resolvía… Tantas historias inconclusas, tantos castillos fríos, tantos soldados olvidados. Es debido aclarar que no contaba con un verdadero talento para las palabras, ni ningún talento para nada. Cuando creía que podía hacer algo, siempre había alguien que podía hacerlo mejor, y de qué servía, no podía superarse aunque lo intentara, era mediocre, una persona más del montón, igual trataba de no sentirse así. Habría pasado mucho tiempo desde que había dejado de sentirse un ser especial, ya no se sentía un semi-elfo al que sus padres abandonaron de niño, ni se sentía un hada, ni un brujo… Tantas eran las historias que su imaginación creaba y tantos los cuentos y novelas que su mente absorbía, que de modo parecido al que El Quijote se sentía caballero, él se sentía diferente. Pero todo aquello ya estaba en el pasado, su deseo de ser alguien se vio velado por las nuevas experiencias; la juventud, plena y deliciosa había tocado a su puerta, descubriéndole un mundo totalmente nuevo, banal, sin preocupaciones.

¿Pero qué hay de esa nueva página? ¿De esa nueva idea que brotaba?

Su corazón pedía desesperadamente un escape; la frivolidad, el desapego, eran el precio a pagar por una vida llena de “amigos” y “placeres”, y de nada le servía eso si dejaba de ser él mismo. ¿Qué quién era él? Era el hijo del rigor, la angustia y la incertidumbre; fruto del olvido, la ruina y el desafecto… Era una ciudad ahogada en pesares, plagada de pecados e insolencias que arrastraban el dolor. A veces lo sentía, otras veces solo lo ocultaba demasiado bien que hasta él mismo creía que había desaparecido. Pero esta noche era una copa. Se sentía una copa vacía sin ánimos de nada. No tenía vida, no tenía amores, no tenía colores ni sabores. No había luz que lo guiara, no había sueños ni escaleras, era todo gris. Había perdido las esperanzas, le habían roto el corazón por vez enésima, había desistido de sus estudios, de su familia, de sus amigos de verdad. Roto el corazón, rota el alma, rota la copa, ya no tenía paz. Maldita copa rebalsada, de cansancio, de soledad, de oscuridad… No aguantaba más las pocas cruces que el destino le había otorgado, sólo quería dormir y no pensar en esos minutos que se tornaban horas, en esas horas que se volvían fríos campos de batallas que ni adentro ni fuera de él existían, pero que se forzaba a atravesar. Cuántas veces había merodeado entre la torpe idea del suicidio, desistiendo por temor o por la imagen de su familia dolida ante la pérdida.

1. "Pienso, luego existo"

La filosofía de la incoherencia,
que coherentemente, es la más acertada.
La verdadera naturaleza de las cosas está en la mente de quien las piensa por primera vez. Si alguien piensa que algo es posible… pues, así lo será. ¿Cuál es el punto de esto? La probabilidad de que las utopías no existan, que aquellos deseos alocados y esos sueños inalcanzables sean tan reales como el que los imagina. Así es, como el ser pensante se vuelve poderoso, las ideas vuelan a mil por hora tornándose reales por el hecho de ser pensadas, atravesando barreras, tomando formas corpóreas. Por otro lado, en un mundo donde todo es posible, un sueño fácilmente se vuelve tangible, y temerle a lo que está expectante por existir se vuelve rutinario. Es más que indiscutible, si nuestros deseos se realizan, nuestras pesadillas también; si alguien es capaz de imaginar la luz, alguien en otro lado del mundo estará imaginando la oscuridad.

Hay quienes exploran cada vértice de este suceso, seres que de verdad creen en el poder inigualable de la mente, conviviendo con las más extrañas experiencias y a la vez las más estimulantes. La inconsecuencia con la que se manejan estas personas, la libertad de sus almas, iluminan terrenos vastos donde pocas veces la fe se asoma; pese a esto, es más aún grande la cantidad de sitios donde los sueños y las ideas se enclaustran sin animarse a la solidez del exterior, de modo que por esta razón que viven, para luchar contra ello, contra el congelamiento de esa imaginación que alimenta al mundo, y que lo hace andar.

Ahora, la efectividad de esta batalla con características tan peculiares, depende puramente de la falta de cordura de aquellos que piensan, porque no hay pensamientos más inocentes que aquel que no sabe lo que hace. Las psicopatías de rango muy elevado llevan a perderse en esa realidad inventada, las de menor grado, ayudan a mantener los pies en la Tierra, y es cuando se puede manejar a placer este don de imaginar y crear.

Y es la odiosa necesidad de tener un por qué para todo lo que me lleva a indagar… ¿Y para qué crear estas imágenes? El fin, de poca claridad, es la supervivencia. Imaginar positivamente nos guiará hacia el éxtasis de la esperanza; pensar que alguien nos espera en algún lugar, que pronto nos amará, hace que ese alguien exista y nos llene con su ideal de presencia. Cabe destacar, que para los seres que anteriormente cité, la supervivencia va más allá de ese egoísmo. Ellos desean cosas aún más grandes, con un poder más abarcador, sutil en sus modos de mostrarse, pero sumamente trascendental.